Gran parte de las intervenciones diseñadas por la administración de los servicios sociales no están destinadas a la emancipación y al empoderamiento de las personas que voluntaria o involuntariamente son usuarias de este servicio público. 

Estas no son entendidas como víctimas de su contexto en un sistema enfermo de capitalismo sino que son criminalizadas con justificaciones moralistas que culpabilizan a las personas, considerándolas incapaces de adaptarse al sistema y de cuidar de sus propias vidas y de las personas a cargo. Por lo tanto, a cambio de ofrecer "protección" paternalista para contrarrestar su vulnerabilidad social, pasan a estar automáticamente supervisadas por los servicios sociales donde serán juzgadas y chantajeadas a cambio de no perder derechos, empezando por las tutelas de las hijas e hijos, la coacción a las madres para iniciar procesos de medicalización o la libertad para gestionar su dinero.

Desde esta comisión que se encarga de analizar el control fiscal y moral por parte de los servicios sociales, hemos querido elaborar una serie de carteles que pongan de manifiesto las prácticas infantilizadoras, racistas y clasistas que a menudo son llevadas a cabo por parte de las administraciones y que recaen sobre las madres. 

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Con ésta pancarta pretendemos denunciar la medicalización forzosa a la que muchas madres se ven obligadas a seguir, como parte de los llamados "planes de mejora".

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